Fue Coco Chanel, quien lo llamó el metalúrgico de la moda ganando fama mundial en los años 60 innovando con estilismos metálicos y plástico, dentro de una concepción totalmente vanguardista de la moda que proyectaba los avances tecnológicos o a la era espacial.
Entre esas aportaciones destacan el vestido de placas de metal que la cantante francesa Françoise Hardy hizo famoso en 1968, los exuberantes trajes que la actriz Jane Fonda lució en la película de ciencia ficción Barbarella (1967), entre otros.
Paco Rabanne logró algo difícil de repetir: fundó un imperio de la moda que lo volvió millonario y con él, una marca respetada por todas las personas. Su marca ayudó a generar ganancias de 228 millones de dólares en 2017 para la empresa Puig dueña de la firma.
Marco Puig, presidente de Puig mencionó que esperan un alza en las ventas de los artículos de moda del conjunto de marcas de moda a las que representan. Y esperan que en 2025 lleguen a facturar 3 mil millones de dólares.